Capítulo 134
—Yo... Realmente vine a verte... He venido varias veces, pero las enfermeras no me dejaron entrar. —explicó Salvador, tartamudeando, sin el enojo de antes. —En serio... Me preocupaba un poco por ti. Pero...
Lo miré a la cara, tan juvenil como siempre, y le pregunté: —¿Sabía Víctor que venías a verme?
Salvador negó con la cabeza.
Suspiré aliviada. Este niño no era tan malo después de todo.
Solo se había acostumbrado a defender a Víctor, siempre poniéndolo en primer lugar.
Solté otro suspiro: —Salvador, recuerdo que me odiabas. Quiero saber por qué.
Salvador levantó la cabeza, sorprendido: —Yo no... Yo...
Intentó explicar algo, pero al final no dijo nada.
Con indiferencia, respondí: —Si no puedes decirlo, no hace falta. Las cosas de los adultos las resuelven los adultos. No te conciernen.
Salvador intentó decir algo más, pero en ese momento apareció alguien en la puerta de la habitación.
Esa persona agarró a Salvador de golpe y, con voz furiosa, me dijo: —Sara, ¿ya no te cansas de hacer
Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil