Capítulo 33 Sonrojo
Una voz suave interrumpió las reflexiones de Sergio.
Mónica ya estaba frente a él, sus hermosos ojos fijos en los suyos.
Sergio carraspeó y dijo: —No te preocupes, tía María ya salió del hospital, te llevaré a verla.
Los ojos de Mónica se iluminaron y asintió con la cabeza. Justo cuando iba a dirigirse al asiento trasero, Sergio de repente abrió la puerta del copiloto.
—Siéntate adelante.
—¿Eh? —Mónica se sorprendió—: ¿No iba a manejar Carlos hoy?
—Le asigné otras tareas, hoy manejaré yo.
La voz profunda de Sergio llenó el aire.
Mónica miró el asiento del copiloto, vacilante.
—Tío Sergio, mejor me siento atrás.
—Siéntate adelante para ayudarme a ver el camino.
Dijo Sergio con tono tranquilo.
—Oh, está bien.
Mónica se sintió aliviada y se subió al auto.
Al cerrar la puerta, Sergio vio que Mónica tiraba con fuerza del cinturón de seguridad.
—¿Qué sucede?
—No se mueve.
La expresión de Mónica era de total impotencia, como si quisiera llorar pero sin lágrimas.
¿Por qué tenía que ser tan

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