Capítulo 41
Pablo llevó a Sofía a un rincón vacío del pasillo y le hizo una videollamada a Bruno.
Tan pronto como se conectó la llamada, la cara cansada de Bruno apareció en la pantalla.
Esto sorprendió a Pablo.
En su recuerdo, su padre siempre había sido muy cuidadoso con su apariencia.
Nunca se había visto tan desordenado como ahora.
Con algo de curiosidad, preguntó: —Papá, ¿nuestra empresa está a punto de quebrar?
Bruno apagó el cigarro en la mano, su voz ronca y baja: —¿No estás en clase? ¿Por qué me llamas? ¿Es que te pica el trasero?
Pablo hizo un puchero: —No quiero llamarte, es alguien más quien te busca, dile tú.
Pablo giró la cámara hacia Sofía.
Al ver el rostro adorable de Sofía, los ojos apagados de Bruno brillaron de inmediato.
Sonrió y le preguntó: —Sofía, ¿qué necesitas de mí?
Sofía parpadeó con sus grandes ojos oscuros, luego hizo un gesto de te quiero con las manos.
Se dio un golpecito en el pecho y formó un corazón con sus dedos sobre su cabeza, luego extend

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