Capítulo 81
—Vamos, entrarás y lo verás.
Todavía no habíamos llegado a la entrada cuando vimos a Julián salir del club.
Braulio frunció el ceño: —No esperaba encontrarlo esperando en la puerta.
Mónica comentó con indiferencia: —Seguramente fue el personal del club quien le avisó.
Este club ofrece un servicio muy meticuloso.
Mientras Braulio lo dudaba, vio al camarero de la puerta conversar con Julián y señalar hacia ellos.
Braulio creyó lo que Mónica había dicho, asumiendo que alguien había notificado a Julián en cuanto su coche entró al estacionamiento.
De repente se interesó en el club.
Julián se acercó a Mónica: —Mónica, finalmente has llegado. Hoy también he citado a dos amigos; lamento la espera.
Mónica respondió cortésmente: —Lo siento por hacerte esperar.
Julián lanzó una mirada fría a Braulio y luego, como si no lo viera, guió a Mónica: —Vamos, entremos.
Braulio, con expresión neutra, acompañó a Mónica hacia adentro.
Justo en la entrada, el guardia de seguridad detuvo a Braulio: —Lo siento
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