Capítulo 80
—¿Ya llegaron todos los invitados, pero todavía no podemos contactar a Tomás? —preguntó Laura, acercándose visiblemente preocupada.
Luis había intentado llamar innumerables veces, y una vez más, nadie contestó. Él golpeó su celular con fuerza.
—¡Este mocoso rebelde, quiere matarme de un disgusto!
Al ver su frustración, Laura supo de inmediato que aún no había logrado contactar a Tomás. Su rostro se tornó serio, y la angustia la invadió. Después de tantos años de espera, finalmente había llegado este día. ¿Cómo podía resignarse?
Laura apretó los dientes, intentando controlar su malestar, forzando una sonrisa para disimular su incomodidad. Se acercó con suavidad y ayudó a Luis a sentarse en el sofá cercano.
—Luis, cálmate, no te hagas daño. —dijo, mientras se dirigía a la cocina a por un vaso de agua tibia y se lo entregaba: —Toma un poco de agua para calmarte.
Luis tomó el vaso, pero lo dejó caer pesadamente sobre la mesa.
—¿Cómo me voy a calmar? Hoy es el día de su compromiso con Car
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