Capítulo 59
Al oír la voz de Alejandro, Rocío se disculpó con cierta pena: —Lo siento, señor Alejandro, por molestarlo durante su descanso. Tengo un amigo que está enfermo, ha tenido fiebre alta que no cede ni por un instante. Quería preguntarle si hay algún hospital o clínica en el pueblo que haga visitas a domicilio.
—¿Está enfermo? ¿Es grave?
—Parece que se mojó bajo la lluvia, ha tenido fiebre desde el día de ayer y no ha mejorado a pesar de la medicina.
Alejandro guardó silencio por unos segundos y luego dijo de repente: —Dame la dirección, enviaré a alguien para que lo revise.
—Es demasiada molestia, puedo contactarlos yo misma.
Alejandro sabía que ella no quería incomodarlo. —Es algo sencillo, mándame la dirección y enviaré a alguien de inmediato.
Rocío pensó que él se refería a contactar directamente a una clínica o hospital para que enviaran a un médico. No insistió más y aceptó, agradecida.
Una vez que Alejandro tuvo la dirección, organizó de inmediato que alguien fuera e
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