Capítulo 58
En horas de la noche volvió a llover ligeramente, y por la mañana Rocío notó que la temperatura había bajado. Se puso ropa más abriga y bajó a cocinar una olla de sopa de pollo con arroz. Después de terminar, fue directamente a la casa de al lado.
No estaba segura de sí José ya estaba despierto, así que, en lugar de entrar directamente, se quedó en la puerta y le envió un mensaje.
Después de unos segundos, recibió una llamada de voz.
Rocío contestó: —¿Ya despertaste? Estoy abajo en tu casa.
—Entra directamente.
La voz de José sonaba débil y más ronca que la noche anterior.
—Está bien.— Rocío colgó y empujó la puerta para entrar.
Antes de ingresar al cuarto, tocó la puerta y solo cuando José le dio permiso, la abrió.
—¿Ya se te bajó la fiebre?— preguntó mientras caminaba directo hacia él con el recipiente térmico en su mano.
José estaba sentado en la cama con pijama. Su rostro y cuello estaban ligeramente enrojecidos, y lucía incómodo.
Al verlo, Rocío manera inconsci
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