Capítulo 42
Rocío le dio las gracias.
Alejandro estaba a punto de hablar cuando, de repente, sonó su celular. Al escuchar el tono familiar de la llamada, rápidamente se levantó y, mientras salía, contestó.
Diego se acercó a Rocío, encendió su celular y se lo ofreció. —Maestra Rocío, agreguémonos. Si necesita algo, puede llamarme en cualquier momento.
Rocío no rechazó la oferta; después de todo, estaría allí por un tiempo y quería establecer una buena relación con sus colegas. Sacó su celular e intercambió números con todos los presentes.
Justo cuando había terminado de añadir a todos como contactos, Alejandro volvió a entrar por la puerta. Su cara ya no mostraba la calma y gentileza de siempre; parecía tenso y algo agitado.
—Lo siento, ha surgido un problema en casa y tengo que irme inmediatamente,— dijo Alejandro con urgencia, agarrando las llaves del auto sobre la mesa. Su mirada se fijó en Rocío y se detuvo por un instante. —Señorita Rocío, usted...
Rocío respondió de inmediat

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil