Capítulo 26

Ana llevaba cuatro días sin regresar a la casa de los López, siempre indecisa sobre si debía divorciarse de Luis o no. No era solo por la empresa; también había sentimientos de por medio tras más de una década de matrimonio con él. Hubo un tiempo en que Luis, con tal de hacerla sonreír, encendió fuegos artificiales en toda la ciudad para pedirle matrimonio. También hubo momentos en que, desafiando las miradas ajenas, la cargó en brazos cuando los tacones le habían lastimado los pies, recorriendo un largo camino sin importarle nada más. En esos momentos, en los ojos de Luis había amor. Ella podía identificar si era sincero o no. Pero, los sentimientos sinceros cambian. ¿ Ahora seguía habiendo amor real? Ana no lo sabía; aún estaba en guerra consigo misma. Lo que no esperaba era que Luis ya no podía esperar más y realmente había ordenado retirar la inversión en el proyecto de la empresa. Conociéndolo, Ana entendió que eso era una forma de presionarla para que cediera y