Capítulo 250
Ella levantó la cabeza inconscientemente y, para su sorpresa, vio a una persona que no esperaba.
—¿Maestro Diego? —Rocío frunció el ceño ligeramente, y su expresión se tornó involuntariamente cautelosa—. ¿Cómo ha llegado aquí?
Diego, con un ramo de rosas blancas frescas en su mano izquierda y una cesta de frutas en la derecha, se acercó a ella.
Colocó las cosas sobre la mesa y luego dirigió su mirada hacia Rocío. Su examen era intenso, como si estuviera observando a una presa.
La forma en que Diego la miraba hacía que Rocío se sintiera incómodamente observada sin motivo aparente.
Justo cuando ella estaba a punto de hablar, Diego fue el primero en retirar su mirada.
—Hace un par de días volví al centro de la ciudad y solo hoy supe de su accidente, así que decidí venir a verla —se acercaba a Rocío mientras hablaba—. ¿Cómo se siente? ¿Mejor? ¿Quiere que le lleve al hospital de la ciudad para un chequeo?
Aunque sorprendida, Rocío, al recordar que eran colegas y que Diego había venido espec

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