Capítulo 29
—¡Bien! Hemos firmado un acuerdo. —Ella intenta deliberadamente ignorar aquella noche. Si al Señor Federico no le importa, ¿por qué debería preocuparle a ella?
La sonrisa en los ojos de Federico se desvaneció: —¿Has bebido demasiado antes?
—En el campo, maceraba muchas hierbas en alcohol. A veces, tomaba un poco. —Ella tiene poca tolerancia al alcohol; solo puede tomar un poco. Pero Guillermo y...
Gabriela recuperó sus pensamientos y miró a Federico: —Cuando tengamos la oportunidad, te invitaré a beber. Esas bebidas a base de hierbas son todas para fortalecer el qi y la sangre, y utilizamos ingredientes de primera calidad.
—Bien.
—Ya es tarde. Señor Federico, buenas noches.
—Ve a descansar.
Gabriela se alejó del dormitorio principal con pasos ligeros.
Federico miró hacia abajo y sonrió levemente; él nunca ha sido una persona compasiva, ¿cómo es que ahora no puede soportar molestarla?
El teléfono a un lado lo sacó de sus pensamientos.
Un número desconocido.
Federico deslizó para contest
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