Capítulo 28

—No seas tímida, todos hemos pasado por esto. Valeria sostuvo su mano suavemente y dijo: —Quizás por eso Federico está tan ansioso por medicarse, para recuperarse pronto. —Sí, no podemos realmente permitir que la joven y bella señora Gabriela viva como una viuda. Una vez que el doctor Sergio cure al señor Federico, podrán tener dos hijos en tres años. Yo también quiero cuidar niños. Rocío tiene una relación muy cercana con la familia Herrera, por eso habla sin reservas. Gabriela sentía un zumbido en sus oídos, casi incapaz de escuchar lo que decían. Desesperadamente recordaba aquella noche; fragmentos de imágenes pasaban, reales e irreales. Aquellos jadeos profundos y apresurados al oído, el calor abrasador explorando su cuerpo. ¿Es todo eso real? Gabriela se quedó paralizada, sus piernas parecían llenas de plomo, inmóviles. —Cariño, ya es tarde, volvamos a casa. —Ignacio bajaba por la escalera y llamaba. Valeria se levantó, le dio una palmadita en el hombro a Gabriela y dijo: —Pensán