Capítulo 78

La pequeña niña solo tenía cinco años, estaba en esa edad de inocencia y franqueza, decía lo que pensaba sin ningún reparo. Mientras hablaba, temerosa, se acercó más a su papá, —Papá, vámonos a casa, el papá de Carlos es muy aterrador. El papá de la niña miró a su hija y luego a Alejandro, cuyo rostro estaba sombrío. Con una sonrisa de disculpa, se disculpó, —Señor, lo siento mucho, los niños no saben lo que dicen, no le haga caso. Nos iremos de inmediato. Dicho esto, levantó a su hija en brazos y se fue casi corriendo. Viéndolos irse, uno pensaría que estaban siendo perseguidos por un fantasma. El rostro de Alejandro se volvió aún más sombrío, como si una tormenta estuviera a punto de estallar. Con desdén, echó un vistazo a la figura del hombre que se alejaba rápidamente, luego dio un gran paso y, con Carli en brazos, se metió en su único y exclusivo Aston Martin plateado de toda Ciudad del Río. Una vez dentro del carro, Manuel, muy consciente, no hizo ninguna pregunta ni le indicó al