Capítulo 24

Alejandro no llevaba chaqueta, solo una camisa blanca con las mangas arremangadas hasta los antebrazos. Dejando ver una musculatura firme y definida. Estaba recostado de manera descuidada en el marco de la puerta del baño de mujeres. Con una postura elegante pero al mismo tiempo desafiante. Sus labios finos se curvaron ligeramente mientras miraba a María con una expresión fría. María intentó avanzar, pensando que si llegaba hasta el marco de la puerta, él se apartaría cortésmente para dejarla pasar. Sin embargo... Alejandro no actuó según lo esperado. En lugar de hacer espacio, se hundió aún más en su posición, bloqueando completamente el paso. El comportamiento descarado del hombre era sorprendente. —Un exnovio decente debería comportarse como si estuviera muerto. —dijo María con firmeza. —Para mí, mi ex ya está muerto. En el momento en que firmó los papeles del divorcio, Alejandro había muerto en su corazón. Aunque él seguía vivo, para ella estaba muerto. El hombre recostado en el ma