Capítulo 50 Cometiendo maldades juntos

Aunque Ana hablaba de esa manera, sus ojos me miraban con satisfacción, sin mostrar tristeza alguna. Estaba a punto de aplaudirle; su actuación era impresionante, es un desperdicio que simplemente sea la tercera en discordia. En ese momento, ya se había reunido bastante gente alrededor, todos intercambiaban miradas como si estuvieran presenciando una obra de teatro. —Ana, asistente, tú soltaste la bolsa, Clara no la recibió. Antonio se colocó frente a mí, mirando a Ana con un gesto de desaprobación. Parecía que ella estaba esperando que él hablara, y casi no podía contener su sonrisa. Ella rápidamente se cubrió la boca, —Tú eres partidario de Clara... obviamente estás de su lado. Habló de manera ambigua a propósito, haciendo que la mirada de todos hacia nosotros se tornara sospechosa. Aunque el rumor sobre mi relación con Antonio ya se había aclarado, parecía que muchos no querían creerlo. Yago le entregó la caja de joyas a Ana con un bufido. —Tu testimonio no cuenta, ¿quién sabe si no