Capítulo 142

Las palabras de Rafael no tenían ninguna importancia para Raquel. Quizá, debido a su preocupación excesiva, se quedó dormida rápidamente. Cuando abrió los ojos de nuevo, ya había amanecido. La cama de Clara estaba vacía; desde que terminó con Rafael, rara vez volvía a dormir allí, lo que añadía una tranquilidad adicional. Raquel se levantó para lavarse, puesto que no se había bañado la noche anterior y se sentía incómoda y pegajosa. Tomó un conjunto de ropa y entró al baño para ducharse. Al salir del baño, alguien tocaba la puerta del dormitorio. Se acercó para abrirla y allí estaba Rafael. Raquel, sujetando la manija, no tenía intención de dejarlo entrar. —¿Qué haces aquí otra vez? Rafael vestía un conjunto casual en tono azul oscuro y algunos mechones de cabello le caían sobre la frente, mientras el sol se filtraba detrás de él. Sin embargo, Raquel ya no podía emocionarse por su presencia. Su mirada pasó de la gorra de Raquel a sus ojos, mostrando un brillo tierno y ambiguo. —¿Ya te