Capítulo 98

Tras esas palabras, un sudor nervioso bañó las manos de Candela y su mirada se desvió involuntariamente hacia Inés. Inés, sorprendida ligeramente, pensó que Candela quería intentar emparejarla de nuevo con Arturo, por lo que rechazó firmemente: —Candi, realmente no tengo interés en Arturo, ni me gustará, así que no intentes emparejarme con él. —Además, él es parte de la familia García. Tras mi divorcio de José, si me relacionara con él, las críticas que surgirían serían suficientes para causarme mucho estrés. Se había divorciado de José y luego se casó con su tío menor; independientemente de si la familia García lo aceptaría o no, solo las habladurías en los círculos de alta sociedad ya eran algo insostenible. —Candi, no tengo interés en él y tampoco quiero hacerle perder el tiempo, así que... lo nuestro es definitivamente imposible. Al escuchar esto, Candela suspiró aliviada, inexplicablemente. Pero luego, suspiró profundamente y, a través del espejo retrovisor, observó