Capítulo 58
Al escuchar eso, Inés bajó la cabeza y miró el documento que tenía en las manos, sintiéndolo tan ardiente como si quemara, indecisa sobre si sostenerlo o dejarlo caer.
Este acuerdo de transferencia de acciones le pesaba demasiado.
—Abuelo, solo deseo que sigas con vida.
—Con los avances actuales en medicina y considerando que no nos falta dinero, deberías seguir tratándote, quizás... todo salga bien.
Mientras hablaba, Inés colocó suavemente el documento sobre el escritorio.
Adrián, al ver el gesto de Inés, entendió que ella no tenía intención de aceptar el documento y, con un tono serio y compasivo, le aconsejó:
—Inés, tú misma eres médica, sabes perfectamente... si la enfermedad del abuelo tiene cura.
—Durante estos tres años con ese despreciable, has soportado tantas humillaciones. Solo en Casa García el abuelo pudo defenderte, siempre he sentido... que te he fallado demasiado.
—Ese despreciable ha hecho algo tan vergonzoso que, en teoría, el 42% de las acciones que tiene deberían s
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