Capítulo 23
—No importa lo que hagas, en los ojos de tus padres, nunca haces nada malo.
—Si hay alguien a quien culpar, es a José por no ser firme, por casarse contigo teniendo a alguien que realmente le gusta y... incluso tener una aventura dentro del matrimonio.
Mientras hablaba, María colocó sus manos sobre los hombros de ella, indicándole que volviera a sentarse en el sofá.
Inés, obediente, se sentó en el sofá, pensando en lo complicado que sería lidiar con José durante más tiempo, lo cual le provocaba dolor de cabeza.
—Padre, madre, últimamente... la salud del abuelo Francisco ha empeorado, y pronto será su cumpleaños. Creo que no podré quedarme mucho tiempo en casa, debo ir pronto a Casa García.
Mientras servía la comida a Inés, María dijo: —El abuelo Francisco te quiere mucho; es natural que vayas a verlo, tu padre y yo no objetaremos.
—Mira cómo has adelgazado, ¿por qué no comes un poco más de carne?
Inés no quiso rechazar la generosidad de María, así que se terminó toda la comida.
La cena
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