Capítulo 51
—Soy yo.
Una voz suave en la oscuridad resulta reconfortante.
Se enciende la luz de la lámpara de cabecera, y su suave resplandor amarillento ilumina el rostro de la persona.
Es Manuel.
Me paso la mano por la cara, empapada en lágrimas.
Sin decir nada, Manuel se levanta y trae un paño caliente para secarme.
Dice: —Estabas teniendo una pesadilla, llorabas sin parar.
Le pregunto: —¿He dicho algo?
Manuel me mira intensamente: —Te oí llamar a papá y mamá, y también a Javier...
Mi corazón se llena de tristeza.
Efectivamente, estaba soñando.
Manuel observa mi rostro con atención: —¿Te sientes mejor ahora?
Asiento, sintiéndome aún perdido.
Después de un momento, digo de repente: —Manuel, sabes que la familia García ha cortado relaciones conmigo, ¿verdad?
Manuel se detiene un momento, y tras un largo silencio simplemente asiente con un murmullo.
Sonrío con amargura: —Nadie me lo dice.
Manuel, con serenidad en su rostro, responde: —Decírtelo no habría cambiado nada. Siempre hay que mirar hacia
Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil