Capítulo 371

Todas las miradas en la sala se movían entre mi y la señora Patricia. Las palmas de mis manos comenzaban a sudar fríamente. Miré a la señora Patricia y me di cuenta de que estaba tranquila, e incluso sonreía. ... Mi mente zumbaba, no lograba ordenar mis pensamientos. El subastador ya había comenzado la cuenta regresiva: —Un millón doscientos mil dólares por una vez, ¿hay algún otro invitado interesado en este conjunto de joyas de rubí? Son unas piezas de gran valor histórico... Bien, un millón doscientos mil por segunda vez... —Un millón doscientos ochenta mil dólares. — La señora Patricia levantó la mano. Los invitados comenzaron a murmurar. No podía oír claramente lo que decían, pero no hacía falta pensar mucho para saber que estaban comentando sobre la relación entre la señora Patricia y yo, y lo evidente era que ella y yo estábamos compitiendo. El subastador sonrió ampliamente: —La señora Patricia tiene muy buen ojo, ¿verdad? Este conjunto de joyas en serio vale ese