Capítulo 352
Ella perdió la suavidad y la estabilidad habituales en su voz: —¡¿Dónde están sus cosas?! ¡¿Dónde están?!
Ella miró furiosamente a Sergio: —¿Cuándo dejó que se las llevaran?
—¿El sofá? ¿Los cuadros? ¿El reloj?... ¡¿La cama?!
La habitación vacía resonaba solo con los rugidos enojados de la señora Patricia.
Sergio, pálido, contestó: —Yo... estuve enfermo de gripe y falté hace dos días. En serio no sé. Lo siento, señora. Voy a investigar.
El semblante de la señora Patricia era extremadamente sombrío: —¡No hace falta! ¡Él los hizo llevarse todo! Ya no vive aquí. ¡Se llevó todo para evitarme!
Ella caminaba de un lado a otro en la habitación vacía, muy enojada.
Sergio miraba desesperado el cuarto despojado.
Solo había faltado dos días y el señor Manuel ya se había mudado, dejando todo tan limpio. No dejó ni siquiera un pedazo de papel.
Esa manera... golpea duro el corazón.
La señora Patricia temblaba de ira: —¡Llama a Ignacio! ¡Ahora, enseguida!
Sergio la miraba preoc
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