Capítulo 350
Recordaba que antes Víctor me compraba cosas, siempre después de mucho alboroto y como una compensación consoladora.
Y ahora...
Mejor no comparar.
De repente comprendí a qué se refería Javier cuando hablaba de "probar algo delicioso".
Sonreí dulcemente al móvil: —Está bien, otro día Gomi me comprará algo.
Manuel colgó muy satisfecho y añadió: —La selfie de hoy estuvo muy bonita.
Al colgar, Anita, a mi lado, me envidió: —Qué feliz te ves, el presidente Manuel lo dijo, yo lo escuché. ¡Él también te comprará!
Me sonrojé: —Tienes un oído muy agudo.
Anita recogió las bolsas de compras con una sonrisa: —Vamos, ¡hoy fue un día genial! ¡Jajaja!
...
Salí del hospital y, al volver a casa, descubrí que la casa había cambiado por completo.
Ya no era de los colores blanco y negro de antes, sino que adoptaba el estilo popular del sur de Francia. Se agregaron muchas plantas y decoraciones muy interesantes.
Me sorprendí y me alegré, y pregunté: —¿Cómo es que cambió?
Rodrigo,
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