Capítulo 232
Fui empujada tan fuerte que casi golpeo el parabrisas del asiento del copiloto.
El hombre, alto y de extremidades largas, empujó a la multitud y subió al coche de inmediato.
En ese momento, el coche rugió como una bestia feroz.
El ruido enorme del motor dispersó a las personas que intentaban acercarse.
Aún sin reaccionar, el coche rugió y se alejó rápidamente de la multitud.
...
El coche iba muy rápido, moviéndose ágilmente por las calles congestionadas. En varias ocasiones casi salí despedida.
Me esforcé por abrocharme el cinturón de seguridad y luego tuve la oportunidad de observar a la persona que conducía.
Llevaba una gorra de béisbol negra y una bufanda gris. La bufanda le cubría casi toda la cara.
Sin embargo, vestía una camiseta de manga corta y jeans.
Este atuendo era bastante moderno.
Me calmé y dije: —Gracias...
El hombre, manejando con una mano, con la otra me lanzó un paquete de pañuelos.
—Límpiate, no vomites en mi coche. Es nuevo.
Iba a decir que no lo haría, pero él giró
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