Capítulo 173
Una vez que obtuve el certificado de oyente, ya no había nada más que hacer.
Justo en ese momento, Carolina me llamó.
Por teléfono, su voz sonaba suave: —Sara, ¿te sientes mejor?
Respondí: —Mucho mejor.
Carolina se rió al otro lado del teléfono: —¿Te has cansado de estar en el hospital? Ven a mi galería, y aprovecho para ofrecerte algo de trabajo para que no te sientas tan sola.
Y así fue como decidí ir.
Anita y yo tomamos el coche y nos dirigimos a la galería de Carolina.
Carolina seguía tan elegante y refinada como siempre, con unos pendientes de flecos brillantes en las orejas, luciendo hermosa y llena de estilo.
No pude evitar compararla con María.
María era del tipo delicado y puro, se vestía con esmero y tenía una buena presencia.
Carolina, en cambio, parecía esa mujer independiente, astuta y capaz, pero con un encanto femenino inconfundible.
Ambas pertenecían al tipo seductor, que atrae a los hombres. Pero Carolina tenía una presencia más refinada, y su sonrisa era tan abierta y
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