Sydney comenzó a entrar en pánico. ¡Este era un giro imprevisto de los acontecimientos!
Eugene la miró fijamente y le preguntó: “Has dicho que no estoy dispuesto a volver a casa porque has hecho algo malo. ¿Le has dicho a mi abuelo lo que hiciste mal?”.
El corazón de Sydney se aceleró fuertemente. “Yo...”. Ella juntó las manos. De repente, le costaba decir algo.
Eugene fijó su mirada aguda y penetrante en ella mientras continuaba interrogándola de manera contundente. “¿Por qué no le dijiste a mi abuelo que había pasado la noche en casa de Fern para acompañar a Rue? El estado mental de la niña es un caos en estos momentos. ¡Eso es porque está sufriendo un trauma psicológico después de lo que tú y tu madre le han hecho!”.
El corazón de Sydney dio un vuelco mientras su cuerpo se balanceaba. Casi perdió el equilibrio y dio dos pasos hacia atrás.
El Viejo Amo frunció el ceño después de escuchar lo que dijo Eugene. Él les preguntó con severidad: “¿Qué le pasó a Rue? ¿Cómo se lasti