Capítulo 27

Amelia abrió los ojos de par en par; su corazón, que había vuelto a la calma, comenzó de nuevo a latir frenéticamente. ¡Cómo puede hacer eso! Amelia estaba asombrada, intentó empujar al hombre que estaba sobre ella, pero descubrió que él no se movía en absoluto. Y Felipe... Solo quería castigar a Amelia, pero cuando sus labios se encontraron, él... no pudo detenerse. Cerró los ojos, luchando por controlarse, y finalmente se detuvo. Le advirtió en voz baja: —Esto es un castigo, no quiero volver a escuchar esa palabra. Amelia había dejado de pensar... Hasta que Felipe se volvió a acostar y se cubrió con las mantas. Amelia sentía sus mejillas arder y sus manos se cerraron inconscientemente en puños; eso apenas calmaba el caótico latido de su corazón. Pensó que no podría dormir esa noche. Después de todo, era la primera vez que compartía cama con un hombre, pero no sabía en qué momento, con todos esos pensamientos complejos, se quedó dormida vagamente. ... Al día siguiente. Cuando la luz d