Capítulo 33
—Manuel, me siento muy mal por haberle quedado a deber a su empresa y por haber arrastrado a Lourdes a esta situación tan desagradable. Ahora es hora de comer, ¿qué le parece si almorzamos juntos? Así aprovecho para contactar a algunos amigos y ver si puedo conseguir algo de dinero. ¿Qué opinas, Lourdes?
Manuel extendió la invitación, y en sus ojos entrecerrados brilló un destello lascivo.
—Mejor no, Manuel. No quiero que al final tengamos que pagar la cuenta del almuerzo en plazos. Eso sí que me haría sentir culpable.
Lourdes rechazó la propuesta; conocía perfectamente las intenciones de Manuel solo con mirarlo.
—Nos vamos, hasta luego.
Lourdes se despidió con un gesto de la mano, y ambos se marcharon con elegancia.
—Alberto, ¿sabes en qué te equivocaste?
En cuanto las puertas del ascensor se cerraron, la sonrisa radiante de Lourdes se desvaneció por completo.
—Lourdes, ese tipo solo quiere eludir el pago, y no dejaba de mirar tu escote. Solo quiere aprovecharse de ti. ¿Acaso no lo vi
Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil