Capítulo 194
Tal vez, en este mundo, aparte de Alberto, nadie más podría ayudarla.
—Dime lo que necesitas. Si está dentro de mis posibilidades, no dudaré en hacerlo.
Alberto recordaba la amabilidad de la familia Daniel: le habían dado un coche y una empresa. Esta generosidad merecía ser correspondida.
—Sube al coche, hablaremos en el camino.
Inés inclinó la cabeza, indicando a Alberto que subiera.
Una vez en el coche, Inés lo puso en marcha y empezó a hablar lentamente:—Tengo una buena amiga, como una hermana para mí. Hace dos años, sufrió un incendio que le causó quemaduras en el setenta por ciento de su cuerpo. No ha encontrado tratamiento y solo han podido salvarle la vida. Está deprimida y no ha visto el cielo en dos años, así que...
—Necesito ver al paciente para determinar el tratamiento adecuado según su situación específica. No debería ser un problema.
Alberto se tocó la nariz. ¿Quemaduras?
En realidad, eso era fácil de tratar.
Para Alberto, mientras haya aliento de vida, siempre hay esper
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