Capítulo 34
Neil se acercó a Silvia molesto, y su mirada penetrante era tan abrumadora que a ella le costaba respirar.
A medida que Neil se acercaba, Silvia sintió un escalofrío que le recorría la espalda.
¡Estaba furioso!
Nunca lo había visto tan enojado.
Él hizo una mueca de desprecio cuando se detuvo frente a ella. “Parece que lo que yo diga ya no importa. ¡¿Cómo te atreves a firmar el divorcio sin mi permiso?!”.
Silvia no tuvo que ser especialmente avispada para darse cuenta de que Melanie había planeado aquello sin que Neil lo supiera. De alguna manera, él se enteró y se presentó en persona.
Silvia escondió el acuerdo de divorcio detrás de ella y se encontró con su mirada sin un atisbo de culpabilidad.
“Señor Remus, ¿está aquí para acompañarme a la notarización?”.
Neil observó sus acciones con desagrado. “Silvia, aunque consigas mi firma en el acuerdo de divorcio, ¡no tendrás mi consentimiento!”.
Ella apretó inconscientemente los puños. “¿Qué debo hacer para que aceptes el divorcio?
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