Capítulo 13
Silvia miró a Ada con indiferencia. “No estás en posición de preguntarme esto”.
Tras decir esto, Silvia se dio la vuelta y subió las escaleras. Ella pudo escuchar a Ada hablar con frialdad detrás suyo.
“¡Detente!”.
Silvia se burló antes de darse la vuelta y mirar a Ada con una expresión burlona. “Eres la rompehogares más descarada que he conocido”.
La expresión de Ada cambió. Ella miró fijamente a Silvia y dijo: “Neil me ama a mí, no a ti. Incluso si usas trucos para quedarte aquí, él nunca se enamorará de ti. ¡Conoce tu lugar y divórciate de él de una vez!”.
¡Lo mejor sería que Silvia no volviera a aparecer nunca más!
Silvia sonrió, asintió con la cabeza y dijo: “Claro. Dame cincuenta millones de dólares y me divorciaré de él de inmediato”.
Los ojos de Ada se abrieron de par en par por la sorpresa. Ella apretó los dientes y dijo: “¿Acaso Neil no te ha dado suficiente dinero todos estos años? ¡No seas tan avariciosa, Silvia!”.
“Tú eres la que me está apresurando a divorciarme de Neil. ¿Cómo podrás conseguir lo que quieres sin sacrificar algo?”.
“¡Maldita!”
Silvia tenía una mirada burlona en sus ojos. “Parece que tu amor por Neil no es tan fuerte. Ni siquiera estás dispuesta a pagar cincuenta millones de dólares”.
Justo cuando estaba a punto de responder, Ada vio a Neil en la escalera, por lo que actuó de una forma lastimera.
“Silvia, no es que no quiera darte cincuenta millones de dólares. Es solo que Neil sin duda se enojará si se entera de esto”.
“¿Por qué quieres que se entere? ¿No puedes mantenerlo en secreto?”.
Ada se quedó en silencio.
En ese momento, una voz antipática sonó desde la escalera.
“Silvia Pond, realmente pensé que eras capaz de conseguir cincuenta millones de dólares, ¡pero parece que planeabas aprovecharte de Ada!”.
Silvia se encontró con la mirada fría de Neil mientras decía con indiferencia: “Pense que a Ada le encantaría darme los cincuenta millones de dólares, así que le di una oportunidad”.
Cuando Ada se dio cuenta de que los dos la estaban ignorando, ella agarró con fuerza el borde de su falda y sus ojos se llenaron de tristeza.
“Neil, ¿para qué son esos cincuenta millones de dólares? Si Silvia realmente necesita el dinero, puedo prestárselo”.
Silvia le lanzó una mirada significativa a Ada. Antes de que Silvia pudiera responder, Neil dijo con rudeza: “No es asunto tuyo. Si te vuelve a pedir dinero, niégate a dárselo”.
Silvia perdió la oportunidad de obtener cincuenta millones de dólares, por lo que hizo un puchero y se negó a seguir lidiando con ellos. Ella subió las escaleras para seguir durmiendo.
Sin embargo, cuando pasó a un lado de Neil, él la agarró abruptamente de la muñeca.
Entonces, él murmuró una amenaza: “Silvia, si te veo pedirle dinero a Ada de nuevo, ¡no me divorciaré de ti incluso si consigues los cincuenta millones de dólares!”.
Cuando Ada vio la íntima interacción de los dos desde la planta baja, se enojó tanto que sus ojos se enrojecieron.
Silvia apartó la mano de Neil antes de dar un paso atrás y hablar con una expresión fría: “Entendido. Por favor, compórtate y no te acerques tanto a mí. ¡Me incomodas!”.
Neil entrecerró los ojos y la miró con malicia en sus ojos. “¡No me hagas enojar, Silvia Pond!”.
Silvia ni siquiera lo miró. Ella se dio la vuelta, entró en su habitación y cerró la puerta con llave.
Neil miró con odio la puerta de la habitación.
“Neil…”.
La voz de Ada lo sacó de sus pensamientos. Él se dio la vuelta y bajó rápidamente las escaleras. Él miró a Ada con el ceño fruncido y preguntó: “¿Por qué estás aquí tan temprano?”.
Al sentir la molestia de Neil, Ada se mordió el labio. “Estaba preocupada por ti, así que vine a ver cómo estabas. No esperé que Silvia estuviera aquí. No habría venido si hubiera sabido que había regresado”.
Neil frunció las cejas inconscientemente. “Ada, Silvia es mi esposa”.
Los ojos de Ada se enrojecieron al instante. “Pero nosotros nos gustamos. Además, no hay amor entre tú y Silvia. ¿Por qué quieres salvar un matrimonio en el que no hay amor?”.
Neil se quedó callado por un rato. Luego miró fijamente a Ada y dijo lentamente: “Nuestra relación terminó. Incluso si no me gusta, ella es mi esposa. Eso no cambiará”.
Ada comenzó a llorar mientras miraba al hombre con incredulidad.
“¿Es solo porque ella aprovechó la oportunidad de casarse contigo y te cuidó por dos años cuando tuviste ese accidente? ¿Es por eso que te has enamorado de ella?”.
“No la amo, pero tampoco me divorciaré de ella”.
“¿Por qué?”.
“No pude ponerme de pie por dos años después de ese accidente de coche. Ella fue la que me hizo compañía y cuidó de mí”.
Además, la idea de divorciarse de Silvia llenaba a Neil de un enojo incomprensible.
Ada comenzó a llorar. “No puedes divorciarte de ella, ¿pero qué hay de mí? Me escondieron lo que te pasó. Cuando me enteré de lo ocurrido, ya se habían casado. ¿Sabes cómo me sentí?”, gritó ella.
“Quería volver y preguntarte sobre esto, pero sentí que no tenía sentido. Hay otras maneras en las que puedes agradecerle. ¿Por qué sacrificarías toda tu vida por ella?”.
Neil parecía un tanto indiferente mientras miraba a Ada y decía: “Es mi culpa. Me siento culpable por ello. Te dejé vivir en la mansión cuando regresaste al país. También estoy tratando de adquirir la Corporación MY porque tú la quieres. Puedo darte todo lo que quieres, menos mi amor”.
Después de decir esto, Neil se fue sin mirar atrás.
Ella miró la espalda del hombre con lágrimas y resentimiento.
¡Ella no se rendiría tan fácilmente!
Cuando Silvia volvió a bajar las escaleras, Neil y Ada ya no estaban allí. Ella se dirigió a su empresa sin preocuparse de lo que había ocurrido entre ellos.
Justo después de llegar a su despacho, llamó a Dulcie y le pidió que se acercara.
“Estaré fuera por unos días a partir de mañana. Puedes encargarte de los asuntos de la compañía por mientras, pero si ocurre algo que no puedes manejar, solo espera por mi regreso”.
“Bien, entiendo”.
Cuando notó que Dulcie no se había ido, Silvia levantó la cabeza para mirarla. “¿Pasa algo más?”.
“Sí. Es probable que Darrion te cause problemas durante la reunión más tarde. He escuchado que ha perdido los estribos en su oficina después de que despediste a sus subordinados ayer”.
Silvia asintió con la cabeza. “De acuerdo. Puedes seguir con tu trabajo”.
Después de que Dulcie se fuera, Silvia bajó la cabeza y continuó leyendo unos documentos. Estaba claro que no se había tomado la advertencia en serio.
La reunión comenzó a las 10:00 a.m. en punto.
Silvia se enfocó en su plan de trabajo más reciente y en el enfoque de la compañía antes de mirar a los otros con indiferencia. “Si eso es todo, terminaré la reunión por hoy. Pueden irse”.
Justo después de que ella dijera esto, Darrion habló: “Señorita Pond, tengo algo que decir”.
Silvia lo miró con calma. “¿Qué sucede?”.
Darrion sonrió. “Señorita Pond, nuestra compañía no ha sido capaz de cerrar un trato en particular recientemente. Si interviene, estoy seguro de que obtendremos la cooperación de la otra parte. Además, usted dejó la Corporación MY por tres años, por lo que me gustaría saber lo capaz que es. Después de todo, esta es una gran compañía, por lo que no podemos dejarla en las manos de alguien incompetente”.
Silvia esbozó una sonrisa leve, asintió y dijo: “Claro. Por favor, envía el contrato a mi oficina más tarde”.
Darrion no se esperó que Silvia dijera que sí tan rápido. Después de quedarse pasmado por un momento, él finalmente dijo: “De acuerdo. ¡Tengo muchas ganas de verla cerrar este trato lo más pronto posible, señorita Pond!”.
Después de que la reunión terminó, Dulcie siguió a Silvia a la oficina.
“Señorita Pond, le dije que tuviera cuidado con Darrion. ¿Por qué cayó en su trampa?”.