Capítulo 387
Cuando Alicia se percató de la presencia de tantos guardaespaldas, supo que esta vez Pedro había venido preparado.
Retrocedió unos cuantos pasos: —Lo que estás haciendo es ilegal.
—Eres mi hermana menor, aunque llames a la policía, solo será visto como un simple problema familiar.
Pedro se acercó aún más: —¿Vendrás conmigo por tu cuenta o prefieres que te lleve a la fuerza? Elige.
Alicia solo sentía una gran ironía: —¿Acaso tengo opción?
Era evidente que esta vez no tenía opción; solo podía seguirlo.
Pedro seguía siendo el mismo; en realidad no había cambiado en lo más mínimo.
Se acercó a ella, le arrebató el celular y revisó los contactos en la pantalla: —¿Este es el médico escolar de antes? Lástima, esta vez no podrá salvarte.
Alicia observó con tristeza a los guardaespaldas que se acercaban; aunque intentara luchar, sería inútil contra tantos.
Conocía el terrible temperamento de Pedro, si realmente se enfrentaban, la única perjudicada sería ella.
Alicia no pensó en resistirse y al f

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