Capítulo 393 Confía en mí
Ángel siempre ha tenido buena circulación, sus palmas siempre están cálidas, pero ahora están como un horno, el calor se extiende a lo largo de sus venas directo al corazón de Silvia.
Ángel la llamó por cuarta vez: —Cariño, ¿todavía estás enojada?
Silvia se ríe por la ira, ¿él espera que se calme sin haber hecho nada?
Intentó retirar su mano, pero Ángel no la soltó. En silencio, los dos lucharon, tirando y jaloneando, lo que frustró a Silvia y con fuerza recuperó su mano.
Ángel no pudo retenerla y pareció bastante derrotado, sus párpados caídos al máximo.
Incluso su aliento al hablar estaba ardiente: —La persona que sobornó al cuidador no fue Alicia, ella no tiene ese coraje, cariño, confía en mí esta vez.
Silvia solo veía excusas.
Si no fue Alicia, ¿entonces quién?
¡Él debería darle un nombre!
Silvia no tenía que trabajar y estaba ansiosa por dejar Ciudad Brillante solo porque no quería verlo, y ahora él la había seguido hasta Ciudad Melancólica.
Estaba disgustada, infeliz, molesta, i
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