Capítulo 374 Tan diferentes
Ciudad Melancólica se encuentra a solo cuatro horas en coche por la autopista de Ciudad Brillante.
Después de que Silvia e Inés resolvieran su asunto, no quedaban otras preocupaciones que la inquietaran; se sentía relajada, comenzó a responder los mensajes que había ignorado durante los últimos dos días y pronto empezó a sentirse somnolienta.
Principalmente fue por el aroma a canela en el coche, que creaba una atmósfera cálida de invierno, lo que resultaba sumamente somnífero. Apoyó su cabeza contra el vidrio de la ventana y lentamente cerró los ojos.
No estaba profundamente dormida, y cuando Ángel extendió su mano a través del vidrio para sostener su cabeza, ella despertó.
Silvia levantó ligeramente los párpados y vio a Ángel sosteniendo una tableta con una mano mientras revisaba su correo, y con la otra actuaba como un cojín de carne entre ella y el vidrio, evitando que los baches del camino la golpearan.
Sus movimientos eran tan naturales, como si debieran ser así.
No es de extrañar
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