Capítulo 373 Inversión de la declaración
¿Qué?! Silvia se enderezó: —¿En serio?
Ángel lanzó su móvil sobre la cama, indicándole que mirara, era una llamada entrante de Isabel.
Silvia se apresuró a responder: —¿Isabel?
Al oír su voz, Isabel suspiró aliviada: —Finalmente contestas, ¿dónde has estado estos dos días? Te envié mensajes y no respondiste, llamé y no contestaste, fui a tu hotel y no te encontré, pensé que te habían secuestrado los Ortega... estaba pensando que si hoy no conseguía contactarte, iría a denunciarlo.
Silvia parpadeó, eso era porque había estado con Ángel estos dos días, su móvil siempre estuvo en su bolso, y el bolso en el piso superior, ella misma no se acordó de buscarlo.
—Estoy bien.
—Me alegra oír eso. Por cierto, quería decirte que ya han levantado la prohibición de que salgas de Ciudad Melancólica, puedes moverte libremente ahora.
Silvia inquirió: —¿Por qué de repente la levantaron?
—Esos dos hombres, después de ser interrogados varias veces por la policía, finalmente no aguantaron y cambiaron su de
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