Capítulo 238 El hijo ilegítimo de Ángel
Silvia deja su teléfono y toma su moka, saboreándola.
El amargor ácido del café y el aroma cremoso de la leche no se mezclan bien, dejando una sensación algo discordante en su paladar.
Ella traga el café, y con él, su aliento, para volver a mirar a Lorena y decirle sinceramente: —Señora Lorena, mi amiga no tenía la intención de investigar a esa señorita a propósito, solo fue por curiosidad, una simple pregunta, y no ha divulgado nada por ahí. Ella no es una persona indiscreta.
—Si hemos ofendido a la señora Lorena o a esa señorita, le pido disculpas de todo corazón y espero que no haga difícil la situación para mi amiga.
Lorena sonríe: —¿Qué quieres decir con eso, Silvia? ¿Cómo podría yo hacerle la vida difícil? Ella es tu amiga, solo que realmente no quiero hacer público el embarazo de Carolina todavía...
Silvia entiende: —No sé nada, por lo tanto, no divulgaré ninguna noticia.
La sonrisa de Lorena se amplía: —Exacto, Silvia, tú estás tan ocupada, tu madre está enferma en el hospital
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