Capítulo 79 Repentinamente arrepentida, enfureciendo a él
El mayordomo Gonzalo observó que Carmen aún vacilaba, por lo que no dijo nada más. Sin embargo, de repente, María comenzó a llorar otra vez.
—¡Voy a buscar a Ariadna! ¡Voy a buscar a Ariadna!
—Si no me llevan, iré sola.
—No quiero regresar al sanatorio, no quiero regresar al jardín de infancia.
—¡Quiero encontrar a Ariadna!
—¡Wuuuuuuu...!
Al oír a María llorar, Carmen rápidamente trató de consolarla.—Abuela, no llores, voy a llamar a Ariadna. Llamaremos a Ariadna, ¿está bien?
—Señora, vea, la señora María sigue insistiendo en encontrar a la señorita Ariadna. ¿Qué le parece si hacemos este favor y la llevamos?
El mayordomo Gonzalo continuó: —Con el estado en que se encuentra la señora María, devolverla al sanatorio no parece lo más adecuado.
—Podemos llevarla a San Aureliano, dejar a algunos en San Vallejo para vigilar, y cuando la señorita Ariadna regrese, la informamos inmediatamente. O también podríamos llamarla para explicarle la situación, asegurándole que estamos cuid
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