Capítulo 562
Beatriz no se dio cuenta de que alguien la seguía.
Tras el cierre del ascensor, observó cómo ascendía hasta su piso.
Pronto llegó a la puerta de su casa y, justo cuando estaba a punto de entrar, sonó su teléfono.
—¿Hola? Señor Mauricio,— respondió Beatriz con un tono despreocupado.
Desde el otro lado de la línea, Mauricio preguntó, —¿Ya llegaste a casa?
Con una sonrisa, Beatriz contestó: —Acabo de llegar, pero no te preocupes, hay seguridad en el edificio, señor Mauricio.
Ella bromeaba.
Mauricio era de esas personas que lograban hacerte sentir protegido en cualquier momento y lugar.
A pesar de sus propias lesiones, había insistido en llevarla a casa y ahora la llamaba.
Un ídolo tan dedicado, merecía toda la admiración que ella le había profesado durante años.
Mauricio soltó una risa suave: —Me alegro, descansa bien.
—Haré justo eso, señor Mauricio,— afirmó Beatriz inmediatamente.
Incluso después de colgar, Beatriz podía seguir oyendo la risa de Mauricio.
Realmente había disfrutado el d
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