Capítulo 561
Aunque Alejandro sabe que Eduardo no se atreve a mirar, y aunque el anciano de la tienda es de edad avanzada, tampoco desea que alguien vea a Ana de esa forma.
Ella va a regresar a casa para ponérselo y mostrárselo.
Ana aún no había reaccionado del todo, asintió con la cabeza, —Está bien.
Cuando fue al vestidor para cambiarse la falda de flamenco, se preguntó, ¿ya no está enojado?
Aquella noche, cuando él descendió del coche y se marchó, emanaba una presencia imponente y aterradora.
Al salir del vestidor, Alejandro le tomó de la mano, y sin permitir que el empleado la empacara, tomó la falda de flamenco de sus manos.
Él le dijo directamente a Eduardo, —Nos vamos primero.
Eduardo asintió en respuesta.
Los ancianos y empleados tardaron un momento en darse cuenta.
¡Así que esta señorita es la novia de Alejandro!
Viendo que el anciano y el empleado seguían atónitos, él sonrió y dijo, —Voy a pagar el saldo.
Cuando el dueño vio salir a Ana del vestidor, sus ojos se abrieron de par en par.
Pe
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