Capítulo 426
Diego parpadeó y dijo: —No lo entendí en ese momento, pero ahora sí. Podemos añadir el nombre de Ana al padrón en cualquier momento. Mañana mismo podríamos ir a registrarlo.
—No es necesario,— respondió Ana fríamente.
Ella realmente no deseaba formar parte de su familia.
La expresión de Carmen se tornó sombría; al añadir el nombre de Ana en el padrón, tendrían que eliminar el suyo. ¿Acaso su padre ya no le importaba en su afán por complacer a Ana?
Diego, visiblemente perturbado, preguntó: —¿Entonces, qué es lo que realmente quieres?
¿No es suficiente tener su nombre en el padrón de la familia?
—Presenta tus demandas cuanto antes; haremos lo que esté en nuestras manos para compensarte,— intervino Gustavo, conteniendo su disgusto con una voz fría y distante.
Pablo observaba a Ana.
Se dio cuenta de que la falta de escrúpulos de la familia González era aún más exagerada de lo que se decía en internet.
—¿Demandas? ¿Qué podría darme ahora la familia González?— Ana soltó una risa fría.
Esper
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