Capítulo 425
—¿Cuántas veces me han herido ya?— Ana preguntó con una sonrisa.
En ese momento, el móvil de Pablo sonó repentinamente.
Pablo no quería contestar, pero al ver que era una llamada de Caio, respondió: —¿Qué sucede, tío?
—¿Cuándo regresas a casa?— preguntó Caio.
—Hoy estoy ayudando a Ana con algunas cosas, luego cenaremos juntos y después volveré a casa. Ya soy mayor, no te preocupes.— Pablo rodó los ojos en su mente, consciente de que no solo sus padres, sino también su tío, lo trataban como a un niño.
De repente, recordó algo importante, —Por cierto, tío, ¿conoces a la familia González? Uno de ellos acaba de decir que quiere matarme. Aunque no soy el único hijo de la familia Pérez, aún soy parte de ella, ¿verdad? Mis padres no están en la ciudad A, necesito que me ayudes con esto, ¿cierto?
Pablo nunca ha sido alguien que se asuste ante los problemas.
—¿La familia González? ¿La familia biológica de Ana? ¿Están causándote problemas a ti y a Ana?
La voz de Caio en el teléfono se volvió de
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