Capítulo 90 Dos Personas Diferentes

—Moni, sabía muy bien que no podrías dejarme de verdad. La expresión en el rostro de Sara cambió al instante, y un destello de celos apareció en sus ojos. No importaba. Mientras pudiera lograr su objetivo, no le molestaba que Pablo la confundiera con otra persona, así fuera Mónica. Sin dudarlo dos veces, se inclinó y besó los labios de Pablo. Sus bocas ardientes se encontraron llenas de deseo, y Pablo la abrazó con fuerza, besándola con tal intensidad que parecía querer fundirse con ella. La temperatura en la habitación subió de forma gradual. Sara quedó atrapada bajo el peso de Pablo en el sofá, sus mejillas enrojecidas, sus manos ocupadas desabrochando los botones de su camisa. Sin embargo, justo cuando terminó de desabrocharlos, Pablo de repente se desplomó sobre ella, dormido por completo. Sara se enfureció de inmediato y lo llamó con suavidad por su nombre, pero el hombre no respondió en lo absoluto. La frustración se reflejó en su sombría mirada, y con fastidio, emp