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Capítulo 5 Foto del beso

Ella bajó la mirada, reconociendo su error. Su voz temblaba ligeramente, sin atreverse a levantar los ojos para mirar al hombre. Sergio observó sus manos, que se aferraban a las sábanas debido al nerviosismo. En sus ojos oscuros se asomó una ligera sonrisa. De repente, se inclinó hacia ella, observándola de cerca. —No me gusta que las personas me hablen sin mirarme a los ojos. Con su fría mano, levantó su barbilla, obligando a Mónica a mirarlo a los ojos. Frente a su rostro, que estaba ahora tan cerca, Mónica se tensó, su cuerpo rígido, mirando al hombre con una mezcla de temor y ansiedad. —Yo... Yo lo siento. —¿Por qué lo sientes? Preguntó él. Tenía unos ojos con las esquinas ligeramente elevadas, lo que le daba un aire arrogante. Una pequeña marca debajo de su ojo derecho equilibraba perfectamente su frialdad distante. No se podía negar, era el verdadero demonio. Mónica movió ligeramente la garganta, tratando de calmar sus emociones, y dijo: —Lo siento, tío Sergio, no volveré a confundirte. —Recuerda tus palabras, porque si no, las consecuencias serán tuyas. Con una voz helada, cargada de advertencia, Sergio la miró con intensidad antes de enderezarse y alejarse. Mónica sintió la amenaza en el aire y su corazón se aceleró. ¿Tanto por confundirlo una vez? ¿Realmente se enojó por eso? —¿Cómo te hiciste esa herida en el brazo? La fría voz de Sergio resonó de nuevo. Mónica parpadeó ligeramente, recordando la humillación sufrida en el hotel el día anterior. Un nudo se formó en su garganta, y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Se esforzó por controlar sus emociones y, con la voz más estable posible, respondió: —Me caí, fue un accidente. Sergio observó cómo apretaba sus labios, como si intentara reprimir sus emociones. Su mirada se profundizó aún más. —Tío Sergio, gracias por traerme al hospital. Te transferiré el dinero de la consulta. Sé que estás ocupado, yo ya estoy bien, así que no te preocupes más por mí. Puedes ir a hacer lo que tengas que hacer. Dijo Mónica, forzando una sonrisa que se veía más triste que cualquier otra cosa. Sergio miró su sonrisa, que estaba más cerca de una mueca que de una verdadera expresión de felicidad, y tras apretar los labios, no dijo nada. Se dio la vuelta y salió de la habitación. Cuando la puerta se cerró, Mónica finalmente no pudo controlar sus emociones. Se abrazó a sí misma, acurrucada en la cama, y comenzó a llorar suavemente. Fuera de la habitación, Sergio observaba a través del cristal de la puerta, sus ojos oscuros se oscurecieron aún más, y su mandíbula se tensó. —Presidente Sergio... —Averigua qué ocurrió anoche en el hotel con Mónica. Carlos apenas llegó cuando escuchó la orden de Sergio. Bien, al parecer, la reunión de hoy tampoco se llevará a cabo. Después de un rato, Mónica, aún llorando, tomó el celular que estaba sobre la mesa. Al ver el mensaje fijado de Pablo en Instagram, lo abrió. —Mónica, he bebido, recuerda prepararme una bebida para la resaca. —Mónica, ¿cómo es que no respondes mis mensajes? Tienes que saber cuándo dejar de ser tan irracional. Si ahora me llamas y me pides disculpas, y vienes a mi casa a prepararme la bebida, te perdonaré lo que hiciste mal hoy. Mónica miró el mensaje de Pablo, sintiéndose a la vez ridícula y triste. ¿Ese era el hombre del que había estado enamorada todo este tiempo? Siempre le parecía que todo lo que pasaba era culpa de ella. Canceló el mensaje fijado de Pablo en Instagram sin responder, y en lugar de eso, llamó a su amiga Julia Fernández. —Juliita, estoy en el hospital, ¿puedes venir a recogerme? Una hora después. Mónica estaba en el auto de Julia, escuchando cómo la regañaba constantemente. —Ese maldito Pablo, qué tipo tan horrible, ¡cómo se atreve a tratarte así! Moni, si no terminas con él, te juro que te voy a llevar a cambiarte los ojos. Julia habló con furia, su tono estaba cargado de decepción. ¡Ya no soportaba a Pablo! Mónica bajó la cabeza, mirando el Instagram de Sara en su celular. La última publicación era una foto de su mano con un anillo de diamantes, acompañada de una foto besándose con un hombre.

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