Capítulo 135 Melancolía Profunda
El asistente de Pablo se acercó a Mónica y comenzó con respeto: —Señorita Mónica, este es un regalo que el jefe Pablo me ha pedido que le entregue.
Mónica mostró una impaciencia evidente y frunció el ceño.
Este Pablo, realmente está loco.
Él sabía perfectamente que en su momento ella había renunciado al piano por él, decepcionando y enfadando a su profesora, y pese a eso, sigue enviándole regalos ostentosos, solo para enfadar a la maestra y hacer que ella no pueda continuar tocando el piano en la escuela.
Solo piensa en sí mismo, nunca considera los problemas que sus acciones pueden causar en otros.
En los ojos de Mónica se encendió una furia, y dijo fríamente: —Ya dije que no quiero que me envíe más cosas. No importa cuánto envíe, no lo aceptaré. Mi decisión no cambiará.
El rostro del asistente mostró una expresión de dificultad.
—Señorita Mónica, yo solo hago lo que el jefe Pablo me ordena hacer. Él dice que, si usted no lo ve, le enviará regalos todos los días hasta que usted, señor

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