Capítulo 125 No vengas a molestarme
Mónica frunció ligeramente el ceño, una chispa de irritación cruzó por su mirada.
—No importa a quién vea o a quién no quiera ver, eso no es de tu incumbencia.
—¿Así que admites que has visto a tío Sergio? —interrogó Pablo, entrecerrando los ojos, su expresión era muy tensa,—¿Acaso hace un momento estabas en el coche de tío Sergio?
—No entiendo de qué estás hablando.
Ella giró la cabeza para irse, pero él la agarró de la mano.
—¿Qué es lo que realmente quieres, Pablo?
Ella habló con enojo, sus ojos se enrojecieron por la ira.
Pablo la miró fijamente: —¿Desde cuándo eres tan cercana a tío Sergio? No sabía que tú y él tuvieran algo en común.
Su mirada llevaba un tono de escrutinio y desagrado.
Mónica reprimió su malestar interior y habló con el rostro frío: —Fue don Diego quien pidió a tío Sergio que cuidara más de mí. Si no me crees, puedes preguntarle a don Diego, ¿estás satisfecho ahora?
Pablo apretó los labios, su mirada se intensificó.
Si se decía que el abuelo había pedido a tío Se

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