Capítulo 19
El dependiente observó a la joven y enseguida adoptó una actitud respetuosa.
—Señorita Beatriz, ¿qué le trae por aquí?
Beatriz Ortega se acercó con prisa al mostrador y explicó: —El doctor Alberto acaba de prescribir un medicamento esencial para mi padre; necesitamos Hierba de Dragón. Por lo tanto, voy a llevarme esa hierba.
—Por supuesto, hágalo rápido, salvar al Ministro Ignacio es prioritario.
El dependiente, sin vacilar, entregó la Hierba de Dragón a Beatriz.
Vicente frunció el ceño y colocó su mano sobre la caja del medicamento.
—Retire su mano.
Beatriz miró a Vicente con frialdad y afirmó con autoridad:
—Ya he pagado, ahora la Hierba de Dragón me pertenece. Usted no tiene derecho a entregársela.
La Hierba de Dragón era crucial para él, y sería difícil encontrar otra en toda la ciudad A a corto plazo.
Vicente no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente.
—¿Sabe quién soy?— inquirió Beatriz con voz gélida.
—No lo sé, ni me interesa saberlo.
El emplea
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