Capítulo 66

Al escuchar esas palabras, Bruno sintió como si algo en su pecho se desgarrara. Por su egoísmo, no solo había perjudicado a Alicia, sino también a Pablo. Finalmente comprendió que en el corazón de Pablo siempre había existido un anhelo profundo de recibir el amor materno. Bruno no perdió tiempo y llamó a Ignacio. Varias horas pasaron. Pablo había recibido suero intravenoso y medicamentos, pero la fiebre no cedía, permanecía por encima de los 39 grados. Bruno estaba visiblemente preocupado: —¿Qué está pasando? ¿Por qué no baja la fiebre? Ignacio suspiró: —Es por el calor interno de su cuerpo, no se va a solucionar con unos pocos sueros, es lo mismo que cuando tuvo varicela hace cuatro años. Al escuchar esas palabras, Bruno apretó las cejas con dolor. Era una afección emocional que Pablo había arrastrado desde hacía cuatro años, un mal que había quedado dentro de él. Bruno pensaba que con el paso del tiempo, Pablo lo superaría, pero nunca imaginó que esa herida seguiría