Capítulo 60
La voz de Bruno sonó un poco rasposa: —Qué envidia que Víctor tenga una hija tan dulce como tú.
Si él y Alicia tuvieran una hija como Sofía, ¿cuánto mejor sería?
Una hija siempre ayudaría a suavizar la relación entre él y Alicia, a diferencia de Pablo, que solo causaba problemas.
Al escuchar esto, Sofía abrazó el cuello de Bruno y le dio un beso en la cara.
Sus labios suaves, con un leve aroma a leche, hicieron que el corazón de Bruno se derritiera de inmediato.
Lo abrazó con fuerza, sin querer separarse.
De hecho, en ese momento, deseó pedirle a Alicia que dejara a Sofía quedarse con él un poco más.
Pero justo cuando este pensamiento cruzó su mente, escuchó la voz de Alicia: —Sofía, es hora de que volvamos a casa.
Sofía, con algo de renuencia, se apartó del abrazo de Bruno, le sonrió y luego corrió hacia Víctor, extendiendo los brazos para que la cargara.
Víctor se agachó y la abrazó, sonriendo mientras le acariciaba la cabeza: —Di adiós a Bruno.
Sofía obedientemen

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