Capítulo 49

Pablo no entendía por qué Marta lo estaba culpando injustamente. Él claramente no había empujado a Sofía. Miró a Bruno con los ojos llenos de súplica, esperando que su padre lo ayudara. Bruno, empapado de agua, lo miró con una frialdad aún más fría que el agua del lago. —Pablo. Un hombre debe ser valiente y asumir sus acciones. ¿Fuiste tú quien la empujó? Al ver que su propio padre no le creía, Pablo sacudió la cabeza entre sollozos: —No fui yo. Marta, al ver que Pablo estaba siendo interrogado, lo protegió al colocarse frente a él, y con tono suave y suplicante dijo: —Bruno, por favor, no culpes a Pablo. Él vio todo lo que hiciste por Sofía, y un niño no quiere ver a su padre queriendo más a otra persona. Sólo está celoso, fue un error, una tontería que cometió. No lo castigues a él, si alguien tiene la culpa soy yo por no haberlo vigilado. Pero sus palabras no hicieron más que empeorar la situación. Los murmullos comenzaron a crecer. —¿Cómo puede un niño tan pequeño t