Capítulo 90

Mónica se detuvo, frunciendo el ceño: —¿Qué asunto hay entre nosotros dos? Julián decidió aclarar las cosas: —Seré directo, tus padres me han pedido que me case contigo y ya les he dado mi palabra. ¡Justo como lo sospechaba! Mónica ya lo había intuido: —Ellos te han dado una señal equivocada, lo siento. Pero ya tengo novio. Julián, visiblemente sorprendido, replicó: —¿De verdad te vas a casar con un conductor? Lo que él gana en un mes no alcanza ni para mantener a un perro en mi casa. No es digno de ti; tú y yo estamos a la misma altura. Mónica recordó entonces las palabras que Braulio había pronunciado antes, y una sonrisa se dibujó ligeramente en sus labios: —Si él no gana dinero, yo lo mantendré. Al escuchar esto. El semblante sombrío de Braulio se iluminó repentinamente con una sonrisa. Había estado bromeando anteriormente, pero ella lo había tomado en serio. Aunque, pensándolo bien, no estaba mal; Mónica era rica, hermosa y poseía un atractivo innegable. Ser mantenido por u